La primera noticia escrita sobre el pueblo de Pollayo la encontramos en el Cartulario del monasterio de Santo Toribio de Liébana, cuando en un documen-to fechado en el año 1308 se nos habla del solar de Pollayo que habita Mari Rodríguez. En el Libro Becerro de las Behetrías, en el ario 1352, Pollayo, es lugar de abadengo “e que es del monasterio de Santo Toribio, sino vn vasallo de don Tello”
La actual iglesia parroquial está construida con parte de los materiales de la antigua iglesia, aproximadamente del siglo XVIII.
La antigua, estuvo construida en el lugar llamado San Martín, cercano al pueblo y antes de su entrada, como además lo demuestra la necrópolis hallada; alguno de cuyos restos aún se observan en el corte de la carretera y la finca de la parte superior. Otra prueba de que la iglesia se encontraba en este lugar la tenemos en el topónimo de Prado de la Campana o Traslacasa, lugar cercano al enclave de la actual iglesia, y que nos lleva a pensar en la existencia de un antiguo campanario que avisaba a los vecinos los oficios religiosos.
La necrópolis fue localizada en el año 1987, al hacer las obras de explanación de la carretera. Según tradición oral, se sabía que en el lugar existió un monasterio bajo la advocación de San Martín. La iglesia parroquial actual, es de una sola nave con capilla principal cubierta con bóveda de ocho plementos; el resto, cubierta de madera, con un coro a los pies. Es típico el portal de entrada, con dos piedras talladas hexagonalmen-te, sosteniendo la gran viga de roble que soporta el tejado del mismo.
Encima de la puerta principal se halla un escudo de magnífica talla perteneciente a las armas de Mendoza, de la Vega y, Luna, que son la estirpe de la cual procedía el Duque del Infantado. El retablo principal tiene en su hornacina central una vieja imagen de San Martín, que fue trasladada desde la antigua iglesia. En el altar mayor hay dos tablas de pintura que representan a San Roque y a San Antonio y, en un retablo lateral, talla de la Virgen con el Niño, que lleva la bola del mundo en una manó.
En el año 1753, Pollayo, contaba con una población de nueve vecinos y medio, y 32 habitantes y, en el año 1845, se nos dice que su clima es húmedo y frío,con enfermedades comunes como los dolores de costado, catarros agudos y fiebres gástricas, contando con un total de ocho casas; iglesia aneja de Vada, bajo la advocación de San Martín obispo y, una ermita, San Antonio de Padua, en el interior del pueblo. Produce trigo, centeno, maíz,patatas, legumbres y, pastos, criando ganado vacuno, lanar y de cerda. La población es de ocho vecinos y de 33 almas.
Hubo en Pollayo vecerías de ganado vacuno, lanar y de cerda. Las vacas se llevaban entre el diez y el quince de junio a Vega los Cantos, en el puerto de Pi neda, y solían regresar entre el ocho y el quince de septiembre, dependiendo de las condiciones climatológicas. Al pastor se le pagaba 500 pesetas al año; la comida y la vivienda. El ganado menudo se llevaba a los montes de los alrededores: La Mata, San Martín, La Mina, La Muela. En el lugar de La Mina, hubo una explotación minera donde se extraía plomo y blenda. Junto a las casas del pueblo, se pueden admirar dos magníficos ejemplares de castaño, catalogados como árboles singulares de Cantabria, el segundo y tercero en perímetro de la región, después del castaño de La Narezona, de Casillas, con 11,5 y 11 metros de cuerda, respectivamente. La Narezona, tiene 13 metros de cuerda.